“Lai Ching-te, actual vicepresidente de Taiwán y candidato rechazado por China, se hace con la victoria en los comicios.
El pueblo taiwanés ha pasado por las urnas este 13 de enero y ha elegido seguir por el camino de la democracia y de la autogobernabilidad. Lai Ching-te, líder del Partido Democrático Progresista (PPD) y hasta ahora vicepresidente de Taiwán, se ha hecho con la victoria en los comicios tras conseguir el 40% de los votos, según los resultados oficiales. Los 19 millones de ciudadanos de la isla han optado por continuar con el partido gobernante. Siendo así la primera vez que una agrupación política logra un tercer mandato consecutivo en la historia de la democracia taiwanesa.
El candidato ha superado con creces a sus competidores. Hou Yu-ih, de la formación nacionalista Kuomintang (KMT) y proclive a un acercamiento con Pekín, ha conseguido el segundo puesto con un 33% de los votos. Mientras que Ko Wen-je, del joven Partido Popular de Taiwán (PPT), que ha obtenido un 26%. Lai Ching-te, al contrario que su opositor nacionalista, defiende la independencia y el autogobierno de la isla frente a los reclamos de soberanía de China. Dicho ganador supondría para el gigante asiático una amenaza separatista que “pone en peligro la paz” en el Estrecho.
¿Qué supone para China la victoria de Lai Ching-te en Taiwán?
Los resultados de estos comicios lanzan un mensaje claro a China y al mundo entero. La isla que Estados Unidos apoya militarmente y que el otro lado del Estrecho reclama como parte “inalienable” de su territorio, seguirá el caminó que hace ocho años comenzó Tsai Ing-wen. La hasta ahora presidenta abandona el poder tras superar el límite de legal de mandatos establecido. Los dos mandatos de Tsai han estado marcados por la ausencia de información con la República Popular, las crecientes tensiones con el otro lado de la isla y los acercamientos con Washington.
La victoria de Lai marca el comienzo de un año de elecciones globales, donde casi la mitad de la población está llamada a acudir a las urnas. El nuevo mandatario promete la estabilidad y la paz de la isla así como el mantenimiento del statu quo con las relaciones del gigante asiático. Sin embargo, China considera a Taiwán una provincia “rebelde” a la que pretende volver a anexionar a su territorio. Asegura que lo hará de forma “pacífica” pero sin renunciar al “uso de la fuerza” si fuera necesario.
Para Xi Jinping el nuevo mandatario de 64 años esconde una “tendencia secesionista” que puede poner en peligro la paz del territorio. Para él el candidato ideal era el nacionalista Hou Yu-ih, cuyo partido siempre se ha mostrado proclive a una relación más “amistosa”.
Estados Unidos el gran apoyo de Taiwán
La gran incógnita que se plantea el mundo ahora es qué postura tomará la potencia asiática con Taiwán. Recordemos que EE.UU apoya el autogobierno de la isla. De hecho, las felicitaciones no han tardado en llegar por parte de Washington. Antony Blinken, secretario de Estado, ha dado la enhorabuena al Lai Ching-te tras su victoria. Además, ha asegurado que su país está comprometido con “el mantenimiento de la paz y la estabilidad del Estrecho”.
Esta victoria llega en un momento de agitación política mundial entre múltiples potencias. Por un lado, entre Rusia, Ucrania y el resto de Occidente, y por otro entre Israel, Palestina, Reino Unido y Estados Unidos. A lo que hay que añadirle unas elecciones trascendentales que avivan el pulso entre China y Estados Unidos y un posible enfrentamiento que desde hace años parece estar a punto de “estallar”.