Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que la natalidad en España continúa en peligrosa caída libre.
Hay números que existen y no se ocultan, son bastante fáciles de chequear y tampoco se discuten. Son números que están sobre la mesa, que no se pueden soslayar y que se deben analizar con lupa, intentando encontrar las razones, buscando medir las preocupaciones para debatir los distintos tipos de soluciones. Las cifras que se conocieron en febrero sobre la natalidad española encendieron las alarmas en este comienzo de año: la natalidad, en suelo español, sigue en peligrosa caída libre.
Según los datos que publicó el Instituto Nacional de Estadísticas, conocido también como el INE, en 2023 hubo 322.075 nacimientos en todo el país. Si miramos con atención este frío número, nos daremos cuenta de que es el más bajo desde que existen los registros. Si lo comparamos con 2022, nos da un descenso del 2%. No parece tanto, ¿verdad? Ahora, si analizamos la última década, la caída ha sido del 24,4%. Y ese sí es un porcentaje para considerar y buscar explicaciones. Un porcentaje demasiado sorprendente…
Pocos nacimientos, muchas evaluaciones, pocas conclusiones y menos acciones
Los nacimientos bajan en toda España menos en Madrid y en Extremadura, donde percibieron un aumento del 2,7% y del 0,6%, respectivamente. Ahora bien: ¿cuál es la principal razón para que, desde hace diez años, los nacimientos en suelo español hayan bajado casi el 25%? Si respondemos según los fríos números, esa tasa se discute también con el retraso en la edad de maternidad.
Veamos las estadísticas para ser más concretos. En la última década, los nacimientos entre madres que pasan los 40 años creció un 19,3%. Y atención con la tasa de madres que tienen más de 50 años porque se triplicó en los últimos diez años: en 2013 hubo 82 partos; 2023, en tanto, 288 partos. Está claro que las mujeres demoran más años en ser madres, eso ya no se discute porque no se puede tapar un árbol. Ahora se trata de explicar por qué toman esa medida…
Aquí los factores pueden ser múltiples y las estadísticas no nos ayudan tanto para obtener una respuesta firme e incuestionable. La demora en la maternidad se suele dar en estos tiempos por el problema de la vivienda (la “independencia” de los padres se alarga más y comprar una vivienda propia es un imposible para las nuevas generaciones), por los bajos salarios, por los cambios en la forma de una sociedad, por priorizar una carrera profesional o por otras distintas motivaciones personales, como puede ser viajar o la práctica de un deporte.
