Los famosos bolos lucentinos es una receta tradicional de Lucena. Te enseñamos en este artículo cómo prepararlos en tu hogar.
No vamos a detenernos esta vez en describir la bonita ciudad de Lucena, ubicada en el sur de la provincia de Córdoba, en la Andalucía que, por mucho que se conozca, nunca termina de sorprender por sus paisajes y su cultura. Aunque sí, en esta ocasión, hablaremos de uno de los platos típicos de este rincón del mundo. Nos referimos a los famosos bolos lucentinos. ¿Has oído hablar sobre este lujo en la gastronomía?
Los bolos lucentinos son como unas albóndigas, a simple vista. La diferencia –importante, claro está- es que se mezclan distintas carnes y son acompañadas por una salsa que se presenta como el toque mágico de esta comida. ¿Te animas a preparar este plato en tu hogar? Es bastante sencillo, si prestas atención. Te dejamos aquí la receta para que puedas ir paso a paso. A pesar de lo que se cree por su complejidad, no demorarás tanto tiempo en la cocina para preparar este rico plato. El tiempo de elaboración, aproximadamente, es de 50 minutos.
Si pensamos raciones para tres o cuatro personas, estos son los ingredientes que deberías tener en tu casa: 250 gramos de pechuga de pollo, 150 gramos de lomo de cerdo, 150 gramos de jamón serrano, 60 gramos de almendra, dos huevos, pan rallado, una cucharada de brandy, dos cebollas, una hoja de laurel, un vaso de vino, aceite de oliva virgen extra, pimienta negra, sal, nuez moscada y azafrán molido.
La receta para elaborar los bolos lucentinos
El primer paso de esta receta es calentar una cacerola con aceite de oliva virgen extra. La intención es cubrir la base y freír las almendras. Cuando estén doradas, las sacamos y las ponemos en un papel de cocina. Esas mismas almendras, luego, las salpicamos con sal y nuez moscada. Y dejamos que se enfríen.
El segundo paso consta de triturar la carne de pollo y cerdo en un procesador de alimentos, sumando además un diente de ajo. Cuando lo hayamos hecho, quitamos la mezcla del procesador y sumamos un poco de azafrán molido, las yemas de huevo (separamos las claras y las dejamos a un lado) y el jamón, si es posible, cortado en taquitos pequeños. Las almendras frías y dos cucharadas de brandy las sumamos también a esta mezcla. Luego vamos ajustando la consistencia con pan rallado, formando albóndigas grandes, bien compactas.
El tercer paso consiste en pasar esas albóndigas por las claras del huevo y freírlas en el mismo aceite que usamos para las almendras.
El cuarto paso es elaborar la salsa. Para eso sofreímos la cebolla picada. Después, agregamos dos cucharadas de harina durante unos segundos antes de agregar el vino. Con el alcohol ya evaporado, añadimos un vaso de agua, la hoja de laurel, más azafrán y pimienta a gusto.
Por último, mezclamos las albóndigas con la salsa y las cocinamos a fuego lento durante 15 ó 20 minutos.