Julen y Mónica, dos de los tentadores más polémicos de la edición, acudieron al Debate de las Tentaciones para explicar cómo vivieron la experiencia
Tras la última emisión de La Isla de las Tentaciones, algunos concursantes han pasado por el Debate. Lo han hecho para afrontar las críticas que ha generado su paso por el reality y ofrecer las explicaciones oportunas a algunos de sus hechos o actitudes. Julen y Mónica han sido dos de los tentadores más queridos de la edición y, por consiguiente, su recibimiento en plató estuvo a la altura.
Comenzando por Julen, el vasco es, sin duda y con permiso de Álvaro, el mejor tentador de la séptima edición de La Isla de las Tentaciones. Su sinceridad, su carácter y su capacidad para ir siempre de cara diciendo en todo momento lo que pensaba le han hecho ganarse el cariño de la audiencia. Por su parte, Mónica sufrió la ira de las concursantes por el simple hecho de ser una gran tentadora. Lo fue tanto para Adri como para Álvaro antes de que se marchara.
Julen definió su concurso con una palabra: “Real”
Abordando en primera instancia el paso de Julen por el Debate de las Tentaciones, cabe destacar que, si bien decíamos que era uno de los participantes más queridos entre el público, el tentador también se ganó a los colaboradores del programa. Esa misma honestidad que le caracterizó durante el reality también le acompañó durante un debate que ni mucho menos fue sencillo para él.
El vasco comenzó desvelando que se había puesto un traje especial por si Mariona decidía irse con él. Visto lo visto, en el fondo se alegraba de que hubiera decidido irse sola. Posteriormente, los tertulianos quisieron incidir sobre la gran polémica que involucraba a Julen: qué había ocurrido bajo las sábanas con Mariona. Ante dicha cuestión, el tentador, lejos de aprovechar el momento para ganar fama o aumentar la controversia, Julen optó por guardar silencio y dejar que cada uno sacase sus propias conclusiones.
Mónica también triunfó en el Debate de las Tentaciones
Si hubiera que destacar una tentadora por encima del resto en esta séptima edición del programa, esa sería sin duda Mónica Bonilla. La opositora para Educación Infantil logró suponer un peligro tal para la relación entre Andrea y Álvaro que la pareja acabó abandonando la experiencia. Y, del mismo modo, tras la entrada de Adri y Mariona, la tentadora puso sus ojos en el nuevo concursante y acabó haciendo que cayera en la tentación.
Sin embargo, a pesar de su gran paso por La Isla de las Tentaciones, su paso por el debate tuvo otro nombre propio: Suso Álvarez. El ex de Gran Hermano se sintió atraído por Mónica. No pudo esconder los nervios al sentarse enfrente de ella en una simulación de hoguera de confrontación.