Escritores, lectores, editoriales, librerías y distribuidores debaten constantemente sobre el futuro del libro: papel o electrónico.
Nadie sabe qué pasará en el futuro. Nunca se supo con exactitud, en ningún presente, con qué nos encontraríamos después. Sí, claro está, existen pronósticos, mujeres y hombres adelantados que se animan a visualizar el día de mañana. Hay también científicos que alimentan teorías, filósofos que cuestionan verdades y soñadores que trabajan para construir algo sólido. Pero, hoy en día, con todos los avances de la tecnología, parece muy arriesgado lanzar un vaticinio.
Sin embargo, las discusiones existen, como así también los análisis. Y, en este contexto, en el mercado editorial desde hace tiempo se encuentran preguntando cuál será el futuro del libro. La pregunta no es nueva, por supuesto, pero cobró más valor en las últimas décadas, justamente por la ya mencionada tecnología que vino a desacomodar prácticamente todo lo que estaba más o menos acomodado.
El mercado editorial empieza a obtener conclusiones acerca de los libros
Escritores, lectores, librerías, editoriales, distribuidores… Todos se preguntan cuál será el futuro del libro. Y, dentro de esa pregunta, nacen otras inmediatamente: ¿el futuro del libro será con papel? ¿El futuro del libro será sólo con formato electrónico? ¿Podrán convivir ambas opciones? ¿Habrá lectores?
El papel tiene sus puntos a favor y sus puntos contras. A favor: sigue siendo el sistema preferido por los lectores. A pesar de que los formatos digitales están cada vez más avanzados, esa sensación de tocar el papel, de tener un libro en la mano, sigue siendo irremplazable. Es como un amor o una pasión, y ya sabemos que los amores y las pasiones no se entienden a menudo. A favor: el papel le sigue dando trabajo a los distribuidores de libros y a las librerías, dato no menor. En contra: el costo del papel, el precio de un libro en papel suele ser mucho más costoso que un libro digital. Además, en apenas una tableta digital, uno puede llevar cientos de libros en una mochila.
En este debate, el escritor argentino Hernán Casciari dio un punto de vista que vale la pena tener también en cuenta. Lo hizo en 2013 en México, en un congreso. “No me importa en absoluto el futuro del libro, ni el papel y tampoco el electrónico”, comenzó diciendo antes de rematar con su verdadera preocupación: “En este momento, lo que me preocupa mucho es que no nos podemos concentrar, me preocupa la falta de concentración, me preocupa que nos está costando leer, escribir, escuchar…”
